17.11.08

ΟΜΟΦΥΛΟΦΟΒΙΑ ΚΑΙ ΣΥΝΥΠΑΡΞΗ ΣΤΟ ΣΧΟΛΕΙΟ

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Título: Homofobia y convivencia en la escuela
Autor: Erik Werner Cantor (Colombia)
Por primera vez en una ciudad de América Latina, se publica un libro que analiza la cultura estudiantil con respecto a los jóvenes homosexuales, las lesbianas y transgeneristas.
El libro analiza las creencias, emociones y comportamientos de los y las estudiantes frente a sus compañeros homosexuales y lesbianas, y reconstruye casos de jóvenes que han experimentado diversas formas de discriminación y violencia en la escuela. Además, analiza la relación entre la homofobia y la vulneración de los derechos de estos estudiantes y los efectos negativos en su vida personal y escolar.
No obstante, el estudio muestra que la homofobia y la lesbofobia en la escuela no son un hecho generalizado y que se están produciendo algunos cambios en la cultura estudiantil que favorecen el reconocimiento de aquellos estudiantes como personas integrales y como sujetos de derechos.
Finalmente, aporta algunos lineamientos en educación para la sexualidad, para avanzar en la construcción de una escuela más incluyente y democrática

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Homofobia en la Escuela
CLAM
Colombia

Entrevista

Homofobia en la Escuela El antropólogo Eric Cantor, profesor de la Universidad Pedagógica Nacional y director de la Corporación Promover Ciudadanía, habla de los resultados de una investigación sobre homofobia en la educación media, realizada en la ciudad de Bogotá, Colombia.

¿Cuáles son los objetivos de la Corporación Promover Ciudadanía?

La corporación Promover Ciudadanía es una organización no gubernamental que trabaja en tres campos: diversidad sexual, procesos pedagógicos en general y políticas públicas relacionadas con los temas que trabajamos: construcción de ciudadanía, promoción y protección de los derechos humanos y promoción y protección de los derechos sexuales y reproductivos (DSR). Trabajamos con diversos sectores sociales, entre ellos las personas homosexuales, lesbianas y transgeneristas, en el país y particularmente en Bogotá. La corporación cuenta con profesionales posgraduados de las áreas de psicología y antropología, así como psicopedagogos que trabajan el tema de sexualidad, tanto en investigación como en procesos pedagógicos.

Una de las iniciativas que venimos trabajando es el “Observatorio de sexualidad y derechos sexuales y reproductivos”. Es una instancia de investigación que pretende abordar diversos temas relacionados con la sexualidad humana, con la sexualidad juvenil desde la perspectiva del desarrollo humano y de los derechos sexuales y reproductivos. También tiene por objetivo realizar un seguimiento de las problemáticas relacionadas con estos temas.

En ese marco hasta el momento hemos desarrollado tres investigaciones de tipo exploratorio en relación con el tema de diversidad sexual, categoría que incluye tanto a homosexuales, lesbianas y transgeneristas, como a la población heterosexual). La primera consiste en una encuesta a la ciudadanía en general orientada a recoger las actitudes, percepciones y comportamientos frente a personas homosexuales, lesbianas y transgeneristas en Bogotá, para evaluar los niveles de vulneración de los derechos sexuales de estas personas. En segundo lugar, el 2 de julio hicimos una encuesta a la propia población homosexual, lesbiana y transgenerista en la Marcha por la Ciudadanía LGBT de Bogotá, con las mismas preguntas de la encuesta a la población en general, para tener puntos de vistas en relación con los mismos temas, pero desde los propios sujetos afectados por estas vulneraciones. Un tercer estudio trató el tema de la diversidad sexual y la homofobia en la Escuela. Los dos primeros estudios se encuentran en proceso de ser publicados y los resultados aún no han sido socializados, pero los resultados del tercero están a disposición.

¿En qué consistió la investigación sobre diversidad sexual y homofobia en la Escuela?

El estudio es una iniciativa de la Corporación Promover Ciudadanía con recursos propios y con su equipo de profesionales. La idea de hacerla surgió a raíz de un proceso de formación que venimos realizando con unos 7.000 jóvenes en el marco de un convenio que existe entre el Departamento Administrativo de Bienestar Social del Distrito (DABS) y la Universidad Pedagógica Nacional, sobre el tema de sexualidad juvenil. En esta experiencia la cuestión de la homofobia era muy recurrente en las sesiones: las agresiones, los chistes, las burlas, los casos de discriminación, etc. Todas estas cosas nos llevaron a identificar que era una problemática latente en la institución escolar, y que era necesario desarrollar una investigación al respecto que diera luces para desenvolver procesos pedagógicos.

El objetivo central de la investigación consistió en recopilar información que permitiera valorar los grados de homofobia existentes en la Escuela, así como las formas como esta se expresaba.

¿Dónde se llevó a cabo esta investigación y que metodología emplearon?

Ese trabajo se desarrolló en 7 colegios de la ciudad, pertenecientes a 4 localidades, de estratos 1 y 2 (sectores más pobres) e incluimos jóvenes de 8º ,9º y 10º (educación básica y media secundaria).

La metodología articuló instrumentos de investigación cualitativa y cuantitativa. Inicialmente, hicimos un taller sobre diversidad sexual con los diferentes cursos con los que trabajamos y recogimos primeras impresiones sobre las actitudes frente a algunos compañeros homosexuales y lesbianas. En segundo lugar, realizamos 3 entrevistas en grupos focales para profundizar la recolección de información. A partir de esa información cualitativa establecimos indicadores claves y a partir de allí elaboramos preguntas para una encuesta que se aplicó a 443 jóvenes, hombres y mujeres de los grados 8º, 9º, 10º y 11º. Finalmente, recopilamos algunos casos de discriminación, de exclusión y de rechazo a estudiantes homosexuales, lesbianas y transgeneristas dentro de la Escuela. Para la recopilación de los casos hicimos dos actividades: un taller de sensibilización sobre derechos humanos y DSR a docentes, en el que recopilamos algunos de los casos, y entrevistas directas a los y las jóvenes víctimas de discriminación.

¿Cuáles son los resultados más sobresalientes?

Podríamos decir que en la Escuela se reproducen muchos de los estereotipos negativos hacia personas homosexuales y lesbianas: considerar que todos los homosexuales son afeminados, que son acosadores sexuales, que son pervertidos, que son violadores. Y este tipo de prejuicios no motiva ningún tipo de intervención pedagógica por parte de los responsables de las instituciones educativas.

En segundo lugar, persisten una serie de creencias sobre las causas de la homosexualidad relacionadas especialmente con el abuso sexual, con la falta de relaciones sexuales y afectivas con personas del otro sexo, el maltrato infantil y el abandono.

En tercer lugar, encontramos la existencia de una homofobia comportamental preocupante, expresada principalmente en la burla, el rechazo social, la exclusión de los grupos de pares y de los grupos de amigos. También la persistencia de una homofobia emocional, es decir, una serie de sentimientos negativos hacia los jóvenes homosexuales, lesbianas y transgeneristas, entre los que se destacan: el miedo, el asco y el temor de que estas personas se enamoren de los jóvenes heterosexuales.

Encontramos, pues, una fuerte vulneración de los derechos sexuales de los jóvenes homosexuales y lesbianas, fundamentalmente el derecho a la autonomía sexual, ya que todas las personas tenemos derecho a decidir con qué personas nos sentimos bien emocional, erótica y sexualmente. También se viola el libre derecho de asociación sexual y la libre expresión de la afectividad, en la medida en que los jóvenes y los profesores rechazan las relaciones afectivas entre jóvenes del mismo sexo.

Finalmente, identificamos que al hacer visible la orientación sexual, se desata una serie de conflictos que termina afectando a los jóvenes homosexuales y las jóvenes lesbianas. Ante la visibilización del tema se pone de manifiesto una cultura heterosexista que asume que ser heterosexual es lo normal y lo sano, y ser homosexuales es anormal y enfermo. Otra característica de esta cultura es que establece roles de género naturalizados y lo hace desde una perspectiva muy conservadora que concibe una manera correcta de ser masculino y de ser femenino.

¿Qué hacen las instituciones educativas cuando se presentan casos de agresiones o cuando se identifica públicamente a un estudiante como homosexual o lesbiana?

Hay posturas diferentes. Pero generalmente, los profesores y las directivas de la institución lo ven como una anormalidad y citan a los acudientes (los padres y madres de familia) a orientación para tratar este asunto como un problema, y para que al muchacho o muchacha pueda brindársele algún tipo de tratamiento o ayuda terapéutica. Aunque también hay profesores, aunque son la minoría, que hacen acompañamiento adecuado a los jóvenes, los escuchan e interceden por ellos. Es de resaltar que ante esta hostilidad los jóvenes mantienen su orientación sexual oculta de la familia y el hecho de llamar a los acudientes al colegio los pone en evidencia, desatando conflictos familiares muy complicados.

En otros colegios, por ejemplo, los tratan de cambiar de jornada a los muchachos que son homosexuales llevándolos sutilmente a la jornada nocturna, en lo que identificamos una conducta gravemente estigmatizante y segregacionista. También se dan otro tipo de conductas cotidianas no institucionalizadas, como la burla constante. Tenemos por ejemplo un profesor de educación física que indica a los estudiantes organizarse de un lado los hombres, de otro las mujeres, y en este otro lado “los demás”, haciendo alusión directa a los jóvenes que tienen una orientación sexual diferente a la heterosexual.

Los estudiantes, por su parte, también asumen comportamientos de burla y exclusión. Hay incluso casos extremos: en la localidad de Usme (en el sur de la ciudad) una pandilla incluye dentro de sus actividades la agresión física contra estudiantes homosexuales y lesbianas. Del lado de los padres y madres de familia encontramos también manifestaciones de rechazo cuando se enteran que hay un compañero de curso de sus hijos que es homosexual o una compañera que es lesbiana. Ellos les dan orientaciones explícitas a sus hijos para que no los frecuenten, para que se alejen de ellos, porque consideran que los pueden inducir a la homosexualidad o porque los pueden acosar sexualmente. Ese mismo rechazo de padres y madres se expresa en relación con los profesores, algunos de ellos manifiestan que sacarían inmediatamente a sus hijos de la institución educativa si se enteran que alguno de los profesores es homosexual o alguna de las profesoras es lesbiana. Y los que no tomarían medidas tan extremas en todo caso estarían muy vigilantes para que el profesor o profesora no acose sexualmente a sus hijos.

¿Cómo son recibidos los resultados?

Inicialmente los presentamos a la Secretaría de Educación del Distrito que es la entidad rectora de la educación. El documento está en este momento en imprenta y a nivel general no hemos dado a conocer los resultados todavía.

Digamos que hay una sensibilidad frente al tema. Pero es un tema que resulta inquietante, que resulta preocupante, precisamente porque hay mucho desconocimiento sobre la diversidad sexual y concretamente sobre los homosexuales, las lesbianas y los transgeneristas. El problema es que, ante esta desinformación, una parte de la identidad del sujeto, en este caso la sexual, es convertida en el todo. Todos los seres humanos tenemos diversas dimensiones: sociales, económicas, políticas, y múltiples identidades: étnicas, culturales de orientación sexual, por nuestra adscripción religiosa, etc. pero en el caso de los homosexuales y las lesbianas, esa cuestión sexual se convierte en “el todo”, y eso desata una serie de estereotipos y temores.

El desconocimiento genera una serie de prevenciones en las instituciones, y muchas veces los profesores piensan que hablar de orientación sexual es promover el “homosexualismo” y el “lesbianismo”. Nuestra propuesta es la de enmarcar el tema de las orientaciones sexuales en el contexto general de la sexualidad y la afectividad humanas y en el contexto particular de los DSR.

Nos hemos dado cuenta que cuando en los procesos pedagógicos los profesores conocen una lesbiana, transgenerista u homosexual y lo reconocen como una persona con una familia, una profesión, un trabajo, que es un ser humano integral, ese conocimiento desactiva en alguna medida los niveles de homofobia. En la encuesta, cerca del 35% conocen entre sus amigos o familiares personas homosexuales y lesbianas, y encontramos que en la medida en que hay mayor reconocimiento de esas personas como seres humanos se disminuye la homofobia. Asimismo, las personas que no tienen ningún tipo de vínculo afectivo o social con estas personas tienen mayores niveles de homofobia.

En relación con los actos de hostilidad, ¿qué hacen los y las jóvenes? ¿optan por el silencio? ¿denuncian? ¿ante quiénes lo hacen?

Es una pregunta importantísima. Algunos jóvenes mantienen oculta su orientación sexual. Varios de ellos son víctima de injurias, burlas, señalamientos y chistes que terminan dejando una huella en la conciencia de los y las jóvenes. Estos actos de hostilidad terminan convenciéndolos de que tienen una condición de inferioridad y de anormalidad, la cual soportan en silencio.

Esa conciencia de anormalidad y de inferioridad hace que vivan relaciones afectivas y sexuales de manera oculta y secreta sin posibilidad de socializar sus sentimientos, emociones y dudas, y que algunos de ellos desarrollen hábitos sexuales que terminan convirtiéndose en factores de riesgo ante las infecciones de transmisión sexual.

Otros jóvenes reaccionan de manera violenta: a cualquier injuria (que les toquen la cola, que les digan marica, Laisa -personaje trans de una conocida telenovela latinoamericana- o gay) reaccionan con conductas violentas que a veces los lleva a convertirse en los “chicos problema” en el colegio. Algo muy grave es que, muchas veces, el resultado de la discriminación y la homofobia es la deserción escolar, por decisión propia de los jóvenes o de la familia. En el peor de los casos hay intentos de suicidio.

¿Encontraron casos de expulsión por causas asociadas a la homosexualidad?

No, directamente en colegios públicos no. Sin embargo existen colegios privados en cuyos manuales de convivencia (reglamento estudiantil) está estipulada la expulsión por “homosexualismo” y “lesbianismo” - nosotros tenemos esto registrado. Cabe decir tales formulaciones no deberían existir, porque ningún reglamento puede estar por encima de la Constitución Nacional, la cual garantiza que las personas no pueden ser discriminadas por sexo, raza, etnia o cualquier otra condición particular.

Podríamos decir que no existe una política institucional explícitamente homofóbica, pero sí se dan conductas amparadas en lo que algunos han llamado currículo oculto, que llevan a que los muchachos se salgan o a que los papás los saquen de las instituciones.

Quiero aclarar que no queremos promover una idea estigmatizante de que las escuelas son homofóbicas sin más. De hecho uno de los hallazgos más importantes es que la homofobia no es absoluta en la escuela, ya que encontramos varios jóvenes con vínculos con compañeros o con familiares que son homosexuales y lesbianas, docentes también que se han familiarizado con ellos y que los apoyan, así como padres y madres que apoyan a sus hijos cuando saben que tienen una orientación sexual diversa.

Sus actividades son clave para la aplicación de políticas públicas. ¿Cómo se relaciona esta investigación con el proyecto de Acuerdo para la política LGBT de Bogotá?

Esta relación es fundamental. Las investigaciones nos han permitido visibilizar el problema, poner alertas en relación con lo que está ocurriendo en la ciudad en diferentes campos en términos de discriminación, de exclusión y de vulneración de derechos humanos de las personas homosexuales, lesbianas y transgeneristas. Las investigaciones de este tipo muestran que es indispensable desarrollar procesos de formación pedagógicos tanto en la ciudadanía como con profesores y estudiantes en términos de sexualidad humana y DSR, y en esto es clave que exista una política pública que destine recursos para esa labor y que implante la perspectiva de los DSR en los PEI (proyectos educativos institucionales) y en los manuales de convivencia.

Ante el Concejo de Bogotá hemos apoyado, en conjunto con otros sectores, la necesidad de tener una política pública que propenda al reconocimiento social de estas personas, por la protección de sus derechos sexuales, que promueva procesos educativos tendientes a disminuir la violencia física y verbal de la cual son objeto las personas transgeneristas, lesbianas y homosexuales. Como fue reportado en una de las encuestas que hicimos, el 21% de estas personas manifiesta haber sido víctima de violencia física y el 62% víctima de violencia verbal.

En conclusión, este tipo de estudios muestra la importancia de la investigación social para desarrollar proceso pedagógicos que sean más significativos para los jóvenes, más significativos para la escuela, en este caso, pero también la importancia de la investigación para la formulación, implementación, ejecución y seguimiento de las políticas públicas.

¿Qué sucede en relación con los Proyectos de educación sexual en los colegios? Es un caso que ha sido muy criticado por su inoperancia en la práctica, aunque partía de un marco muy interesante.

En esto hay todo un camino por recorrer, tanto para las instituciones educativas como para la sociedad. Nosotros creemos que los docentes y las comunidades educativas están en el ABC de la sexualidad y en el A de la diversidad sexual. En estos temas hay una incomprensión muy grande, a lo que se añade que la lógica predominante de comprensión de la sexualidad que guía las actividades realizadas en los colegios está muy restringida al tema de la reproducción, a las relaciones heterosexuales y a la prevención, con una idea de la sexualidad como riesgo. El objetivo principal es prevenir embarazos prematuros e ITS, pero la perspectiva de los derechos es prácticamente inexistente.

Nosotros trabajamos desde una perspectiva muy diferente, que no parte de la sexualidad como riesgo, sino como posibilidad de placer y como una cualidad que posibilita el desarrollo humano. Pensamos una educación sexual que no sea considerada desde una perspectiva adultocéntrica, sino que reconozca los intereses y los puntos de vista de los y las jóvenes. Que no esté planificada desde el deber ser, sino del ser. Efectivamente, es necesario construir una ética en relación con la sexualidad, pero esa ética debe incluir los seres humanos que viven la sexualidad de manera distinta. Considero que estos procesos deben partir de una perspectiva de la sexualidad más amplia que incluya el erotismo, el placer, la orientación sexual, la identidad de género y que se inscriba en el marco de los derechos humanos.

FUENTE: CLAM

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UNA ENCUESTA REVELA ALTOS NIVELES DE HOMOFOBIA EN ALGUNOS COLEGIOS

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Sección: Bogotá
Pagina: 1-10

La Corporación Promover Ciudadanía, dedicada a la investigación y la defensa de la población LGBT, consultó a 432 estudiantes de 7 instituciones distritales. Preocupan los prejuicios y actitudes agresivas.

Seis de cada diez estudiantes de colegios distritales de Bogotá se burlan de sus compañeros con tendencias homosexuales y tres llegan a insultarlos. Así lo acaba de revelar la encuesta 'Homofobia y convivencia en el ámbito escolar', realizada por Promover Ciudadanía .

Esta ONG, con el apoyo de la Universidad Pedagógica Nacional, entrevistó recientemente a 432 estudiantes (226 mujeres y 206 hombres) de siete instituciones educativas, en las localidades de Suba, Usme, Ciudad Bolívar y Bosa.

Los jóvenes pertenecen a los grados octavo, noveno, décimo y once grado de bachillerato, y sus edades oscilan entre los 11 y 19 años de edad.

El antropólogo Erik Cantor, director de Promover Ciudadanía, explica que la encuesta deja ver "preocupantes" prejuicios y tendencias agresivas en las escuelas hacia los homosexuales y las lesbianas.

Jóvenes, llenos de estereotipos

Al indagar sobre lo que les produce un homosexual, el 37,9 de los jóvenes entrevistados señaló que "miedo" y un 17,6 dijo que "asco". Con las mismas palabras se refirieron a las lesbianas.

La encuesta muestra los estereotipos de los estudiantes hacia los homosexuales. En su orden, los califican de "afeminados", "débiles de carácter", "pervertidos", "acosadores y "violadores".

A las lesbianas, por su parte, las tildan de "raras", "marimachas", "insatisfechas sexuales", "excitantes" y "bruscas".

A la pregunta de qué deberían hacer abiertamente los estudiantes homosexuales o lesbianas, los muchachos consultados señalaron, en primer lugar, que debían ocultar su identidad, y en segundo, que debían irse del colegio.

Sin embargo, a la hora de hablar de las cosas positivas, los jóvenes los calificaron en general como "buenos amigos" e "inteligentes". De los 432 encuestados, 166 manifestaron tener relaciones de amistad con población LGBT.

Sobre las creencias biológicas de la homosexualidad, cinco de cada diez respondieron que todo obedece a "problemas hormonales" y el 35 por ciento atribuyó la condición a "problemas genéticos".

De hecho, un estudiante de Bosa dijo: "Por lo que yo tengo entendido (el homosexual) nace con más hormonas de la mamá que del papá...".

Otro joven de Suba apuntó: "Es porque los violan o simplemente porque en su juventud les gustó gente del mismo sexo... o porque han tenido muchas desilusiones".

El antropólogo Cantor sostiene que "la homofobia en la escuela no es absoluta y también existe reconocimiento social hacia estos jóvenes, a pesar de que no hay procesos de educación que incluyan la diversidad sexual".

El 13,4 por ciento de los entrevistados calificó de "pecado" la homosexualidad, aunque siete de cada diez atribuyeron esa tema a una decisión que toma cada persona.

Lanzan Fiscalía Ciudadana

La ONG Promover Ciudadanía impulsa creación de una Fiscalía Ciudadana para recibir las denuncias de la población LGBT, que sufra violencia o que sea víctima de la vulneración de sus derechos.

"La idea es promover la protección a través de acciones legales y del uso de mecanismos de protección de los mismos", señala Erik Cantor, director de esta ONG, conformada por profesionales de ciencias humanas, sociales y artes de las universidades Nacional, Pedagógica y los Andes.

Inicialmente, las denuncias pueden ser enviadas al correo electrónico promoverciudadania@yahoo.es

"Para el tramite de este tipo de quejas, ya estamos estableciendo convenios con los consultorios jurídicos de algunas universidades privadas", señaló Cantor.

Esta ONG reveló el año pasado una encuesta, donde uno de cada cinco homosexuales afirmó haber sido víctima de violencia física en Bogotá.

31,4

El porcentaje de los estudiantes consultados que señaló que la homosexualidad es algo "antinatural", según revela encuesta. Para ellos, lo natural son las relaciones entre hombre y mujer.

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HOMOFOBIA EN LA ESCUELA

"Hablar de la homosexualidad en clase
ahorra sufrimiento a muchos niños"

José Ignacio Pichardo, antropólogo miembro de COGAM


José Ignació Pichardo, doctor en Antropología e investigador del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer

CRISTINA TURRAUJ - DIARIO VASCO

Ha realizado 4.600 entrevistas a adolescentes para conocer su actitud ante la homosexualidad. Y dice que, aunque minoritario, sigue habiendo rechazo y acoso escolar homófobo. José Ignacio Pichardo, que presentó en Donostia las conclusiones de su estudio, defiende hablar en las aulas de las distintas opciones sexuales. «No habrá por ello más gente homosexual, pero se evitaría mucho sufrimiento a los adolescentes que lo son», explica.
- ¿Se rechaza en las aulas a los niños diferentes? ¿Por qué?
- Se rechaza a los niños diferentes y a los niños que no son heterosexuales. Desde pequeños somos socializados en la idea de que todo el mundo es heterosexual y el no serlo es algo malo, enfermo, pecaminoso o insano. También se rechaza a los niños que se salen de su rol.
- En una sociedad en la que se casan personas del mismo sexo, ¿han cambiado las cosas?
- La sociedad ha cambiado, pero no lo suficiente. Si a un niño no le gusta jugar al fútbol y es sensible, tiene muchas opciones de que le insulten. La mayoría de los adolescentes no rechazan a los homosexuales. Pero un tercio son homófobos. Es un dato que sale en las encuestas. Y este grupo impone su ley.
- ¿Por qué un grupo minoritario impone su ley?
- Si a ti te llaman 'maricón', tus amigos se apartan por miedo a que piensen que ellos también lo son. Pasa con los estudiantes y con los profesores. Ante casos de homofobia no intervienen para que no piensen que son gays o lesbianas.
- En las series de televisión aparecen gays y lesbianas. ¿Ayuda?
- Hemos visto que la gran mayoría de adolescentes no es capaz de nombrar una persona conocida que sea gay o lesbiana. Mencionan a algún presentador de televisión. Y siempre hombre, no mujer. La escuela no enseña qué personajes de la historia fueron homosexuales.
- Homosexual. ¿Naces o te haces?
- No es cuestión de edad. Hay quien dice que desde siempre le gustaban los niños o niñas de su mismo sexo. Hay quien vive el proceso en la adolescencia.Y otros, a los 30, 40, 50 ó 60 años. Hay personas a las que el rasgo 'homosexual' les define toda su vida. Y otras que cambian.
- ¿Qué porcentaje de los adolescentes se siente homosexual?
- El estudio indica que el 5% de los estudiantes siente algún tipo de atracción por personas de su mismo sexo.
- El 'conócete a tí mismo' será importante...
- Existe un proceso para que tú te identifiques como una persona homosexual. Primero ves que eres distinto. Luego pones nombre a esa diferencia. Después, asumes que formas parte de ese grupo. Y, finalmente, eres capaz de decirlo. Pero, por la presión social, la gente se resiste a reconocerse. O se reconoce, pero no lo dice públicamente.
- ¿Qué debería garantizarse en las aulas para evitar el rechazo a los homosexuales?
- No presuponer que todos los estudiantes son heterosexuales y facilitar referentes de personas de distinta opción sexual y de distintos modelos de familia. No hay que permitir bromas, insultos o agresiones de carácter homófobo. Hay insultos asumidos, como el 'maricón' que se grita en un campo de fútbol, que deberían ser rechazados por la sociedad.
- ¿Por qué hay menos mujeres que hombres que reconocen públicamente su homosexualidad?
- Las mujeres lesbianas sufren una doble discriminación. Primero, por ser mujer y después, por homosexual. Para una mujer es más difícil decir que es gay.
- La asignatura 'Educación para la ciudadanía' incluye información sobre las distintas opciones sexuales. ¿Es necesaria?
- Ésta habla de sexualidad desde su aspecto biológico, pero no desde las relaciones interpersonales. Por eso es difícil tratar de la diversidad sexual. 'Educación para la Ciudadananía' habla de igualdad, derechos humanos y convivencia.
- ¿Temen los padres la información sobre distintas opciones sexuales?
- En nuestro estudio, sólo los padres de un joven decidieron que su hijo no participara en la encuesta y que no se le hablara del tema. Al hablar de homosexualidad en las aulas, no habrá más personas homosexuales de las que tenga que haber, pero ahorraremos una gran cantidad de sufrimiento y dolor a las personas que lo son.
- Los adolescentes homosexuales sufren...
- En las escuelas, por un supuesto respeto a los padres, hay una falta de información que favorece la homofobia. Sigue habiendo agresiones. Y muchas veces no se desvelan. Para denunciarlas hay que estar 'fuera del armario'. En nuestro estudio, el 76% de los estudiantes, tres de cada cuatro, afirman que si fueran gays o lesbianas no lo dirían en la escuela. Queda mucho trabajo por hacer.
- ¿Hacia dónde caminamos?
- A respetar cada vez más la diversidad sexual. En España se ha vivido un proceso como en ninguna otra parte del mundo, lo que demuestra que el cambio es posible

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HOMOFOBIA EN EL SISTEMA EDUCATIVO

Homofobia en el sistema educativo. COGAM. Comisión de Educación

PRESENTACIÓN DEL INFORME.

“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo dela personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”.Constitución Española, artículo 27.Señoras y señores de la comunidad educativa: los alumnos gays, lesbianas,transexuales o bisexuales existen. También existen los hijos de familias homoparentales. ¿Podrían afirmar que con ellos se está cumpliendo el mandatoconstitucional del derecho a la educación en igualdad de condiciones?Durante años, desde la Comisión de Educación de COGAM hemos idoconstatando los numerosos problemas que padecen los alumnos lesbianas, gays,bisexuales, transexuales, hijos de familias homoparentales o, sencillamente,todos aquellos que no responden a las expectativas de género. Hemos trabajado casos de alumnos/as expulsados de sus colegios o residencias a causa de suorientación gay o lésbica; otros de jóvenes que no se atrevían a asistir a clasespor el acoso al que eran sometidos por sus compañeros, jóvenes que asumían elfracaso escolar como un mal menor, casi liberador; en algunas ocasiones, este acoso era cometido por la propia dirección del centro; a veces,desgraciadamente, hemos llegado a tener noticia del suicidio de algún adolescente al que ni su familia ni el sistema educativo había sido capaz de darrespuesta a sus angustias ante la sospecha de su propia homosexualidad.En este último curso, sin ir más lejos, hemos recibido denuncias de unajoven a la que se le aisló en su instituto al sospechar que era lesbiana; de unamadre transexual, cuyo hijo está viviendo una pesadilla con sus compañeros; deun adolescente al que unos padres poco comprensivos han intentado expulsar desu casa al descubrir que es gay; de otro chico al que le dejan notas en las que ledicen “eres como la lepra” y cuya hermana sufre el estigma de tener un hermano homosexual; de una profesora angustiada que ha visto cómo un alumno sequitaba la vida a causa del rechazo que su orientación sexual despertaba a sualrededor ante el silencio cómplice tanto de la familia como de su centro escolar;etc.Este año también hemos asistido a un fenómeno mediático: la atención quela prensa ha prestado a los casos de “bullying” o malos tratos entre iguales. Enconcreto, dos de ellos (uno en un pueblo sevillano y otro en Lérida) eran porcausa de la orientación sexual de los chavales. El joven ilerdense llegó a afirmar:“Prefiero la cárcel a la escuela”. Sus compañeros le enviaban mensajes de esteestilo: “maricón anda suelto”, “pierde aceite” o “evitad que esté detrás vuestro”.

A pesar de ello, la mayoría de los medios obviaba el hecho de que las agresiones eran de carácter homófobo.Los resultados del reciente informe “Violencia entre compañeros en la escuela”, presentado por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia sonescalofriantes. Pero igualmente escalofriante es que las autoras ni siquiera mencionen la orientación sexual o la identidad de género como factores deriesgo.Si a esto añadimos que algunas investigaciones anglosajonas, comoveremos, hablan de que 2/3 de la población lesbiana, gay, transexual y bisexual(LGTB) ha sufrido algún tipo de violencia o acoso en sus centros escolares o queel 60% de los adolescentes LGTB se encuentran inseguros en sus institutos, senos presenta una situación bastante preocupante, a la que no podemos dejar de aproximarnos con la mayor celeridad posible.

1.1 EL SILENCIO DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS ANTE UNA REALIDAD TOZUDA.En más de una ocasión, la Comisión de Educación de COGAM ha denunciado públicamente la problemática producida por la homofobia escolar. De lasinstituciones sólo hemos obtenido la callada por respuesta. En el curso2002/2003 iniciamos una investigación para determinar qué grado de aceptaciónde la homosexualidad había entre la población adolescente de la Comunidad deMadrid. Se empezó en colaboración con el Programa de Atención a Homosexuales y Transexuales de la CAM, que gestiona COGAM. Pero desde laConsejería de Asuntos Sociales, que es quien subvenciona el Programa, separalizó la colaboración y se dio orden tajante de que no se continuara con dichoestudio. Esto, a pesar de que en el proyecto del Programa figura claramentecomo uno de sus objetivos el trabajo en el Sistema Educativo.La firma de un convenio entre COGAM y el Departamento de AntropologíaSocial de la UAM permitió rescatar el estudio y ampliarlo. Tres estudiantes acudieron a la Comisión en el curso 2004/2005 para realizar su “prácticum” finde carrera. De este modo, decidimos seguir adelante con una investigación imprescindible. Se ha hecho con muy pocos medios, pero hemos conseguidoextenderla a varias disciplinas. En ella han intervenido sociólogos, psicólogos,antropólogos y profesores. Puesto que éramos conscientes de la carencia demedios y de tiempo para embarcarnos en un proyecto más ambicioso, no hemosintentado presentar unos datos definitivos e incuestionables. Sólo hemos queridoabrir vías de estudio, visibilizar una serie de problemas que, al parecer, solopreocupan a los colectivos LGTB y a una mínima y voluntariosa parte del profesorado.Desde este estudio pluridisciplinar, por tanto, presentamos a la Comunidad Educativa algunos hechos que requieren una decidida respuesta:•La homofobia es una realidad en nuestro sistema educativo. El miedo delos adolescentes LGTB a aceptarse y/o hacerse visibles está más quejustificado.

•Existe un alto grado de desconocimiento de la realidad LGTB entrealumnos, pero también entre educadores.
•Asimismo, también se aprecia un profundo desconocimiento de temas básicos de sexualidad,como es ladiferencia entre sexo/género/orientación sexual/prácticas sexuales.
•La invisibilidad de la sexualidad en general, pero de las sexualidades minoritarias en particular, es casi absoluta, dejando que los alumnos desarrollen prejuicios e ideas equivocadas.
•Se observa una preocupante pasividad de los profesores y orientadores no sólo ante la sexualidad, sino ante los casos de acoso por motivo deorientación sexual o identidad de género.

1.2 LOS RETOS DE UNA SOCIEDAD QUE CAMBIA.La homosexualidad y la transexualidad forman parte cada vez más visiblede la realidad española. En los últimos meses, de hecho, han sido protagonistas constantes de las primeras planas de todos los medios de comunicación, asícomo de una buena parte de las discusiones de sobremesa. A nivel legal,heterosexualidad y homosexualidad son orientaciones sexuales que en Españahan alcanzado la plena igualdad. Sin embargo, esta diversidad sexual que tantolas leyes como la mayor parte de la sociedad española asumen sin mayor problema, no encuentra un desarrollo paralelo en el Sistema Educativo español.Para que la igualdad legal se convierta en igualdad social es necesario trabajar ahora las actitudes y valores de respeto hacia las personas homosexuales y eneste sentido los centros educativos tienen la responsabilidad de jugar un papel protagonista.La ausencia de un conocimiento mínimo sobre esta cuestión genera conflictos sociales, enfrentamientos entre iguales y problemas en el interior delas familias. Por otra parte, es un tema que no afecta exclusivamente a los alumnos LGTB. Y no sólo porque la homofobia ataca a cualquiera que seapercibido como disonante con las expectativas de género mayoritarias. Sino también porque la diferencia de desarrollo afectivo entre chicos y chicas generauna fractura social preocupante.Las chicas se muestran más respetuosas con la diversidad y más informadas. Pero también más seguras con su identidad, menos temerosas por no cumplir una serie de expectativas rígidas acerca de su sexualidad. Datos como que el 60% de las chicas conoce a alguna persona LGTB, mientras queentre los chicos el porcentaje se reduce al 47%, deben hacernos reflexionar.¿Acaso lesbianas y gays se ven obligados a esconder su orientación ante los varones?, ¿o es que éstos tienen la percepción atrofiada? Además, ellas sesienten mucho más cómodas ante personas LGTB que ellos. La incomodidad de los chicos llega al punto de que muchos de ellos no son capaces de empatizar con los gays ni para responder a la pregunta de “si descubrieras que te sientes atraído por una persona de tu mismo sexo…”. El 56% de los varones no se poníaen la situación y respondía, sencillamente, que no puede darse el caso.Preocupante la falta de imaginación, exclusivamente masculina.

Como afirma la psicóloga Ana Belén Gómez: “La homofobia encierra a las personas en roles de género rígidos y estáticos que disminuyen la creatividad yla capacidad de expresión”.Otra de las cuestiones que pueden desprenderse de esta investigación hasido ampliamente contrastada por la experiencia de nuestros voluntarios y pordiferentes estudios internacionales: el conocimiento de personas LGTB disminuye fuertemente la homofobia. Sin embargo, a pesar de esta constatación, en elSistema Educativo rige la ley del silencio. La invisibilización constituye uno de los principales instrumentos de legitimación de la subordinación y de perpetuación de las desigualdades: no se lucha contra lo que no se ve, lo que no se conoce. Si el problema no se ve es como si no existiera. Pero existe, y tiene unas consecuencias devastadoras para una parte importante de los individuos que formamos esta sociedad.Esta ley del silencio es cada día más terrible por cuanto que cada vez haymás jóvenes LGTB que viven abiertamente su sexualidad. Sin embargo, la apertura social que lleva a estos adolescentes a no querer esconderse por más tiempo, no va acompañada, como decimos, de cambios en el Sistema Educativo,por lo que se puede deducir que cuanta mayor apertura social hay, más acoso por homofobia se da en los institutos. Y frente a ello, el silencio culpable yaterrador de los educadores y las autoridades.A menudo, los orientadores acuden a nuestro colectivo, COGAM, para queles ayudemos a resolver casos de “bullying” (acoso escolar). Cuando la situaciónse ha enrarecido, no es fácil encontrar una solución al problema. Sin embargo, sí hay mucho que se podría hacer en el terreno de la prevención: una labor más larga y persistente, y, a largo plazo, mucho más eficaz.El psicólogo canadiense Michel Dorais relata en su libro el casode un chico de 14 años que se quitó la vida y dejó una nota en la que confesaba su sufrimiento por no contar con ningún apoyo para vivir su homosexualidad.Sus padres no comprenden por qué no confió en ellos, que lo hubieran aceptado sin mayores problemas. Este caso pone en evidencia que no es suficiente saberreaccionar ante un conflicto, sino que hay que anticiparse a él. Si este joven hubiera tenido referentes positivos de su realidad afectiva, si hubiera contado con la certeza de una familia respetuosa y comprensiva, no se hubiera visto forzado a dar un paso irreversible.No nos cansaremos de repetir que muy a menudo –como se demuestra en algunos de los casos analizados por nuestras investigadoras- los jóvenes LGTB no disponen del apoyo de sus familias. En muchas ocasiones no se sienten preparados para contarlo en el entorno familiar. En otros, ya lo han hecho y no han sido aceptados. ¿Cómo podemos permitir que, ante esto, el sistema educativo cierre los ojos? La percepción mayoritaria de los adolescentes es –según nos insinúa la investigación cualitativa- que en su familia resultaría compleja una salida del armario. Es preciso, por tanto, que se establezca un
trabajo en común con las asociaciones de madres y padres que elimine conflictos familiares y evite las numerosas rupturas entre padres e hijos que todavía se producen a causa de la homosexualidad o transexualidad de éstos.El cambio legislativo que ha permitido que en España heterosexuales y homosexuales gocemos de los mismos –exactamente los mismos- derechos no puede quedar al margen del sistema de enseñanza. Sabemos, eso es incuestionable, que el conocimiento reduce el rechazo. También sabemos que los escolares perciben la discriminación (el 90% reconoce que las personas LGTB son peor tratadas que las heterosexuales), tanto a nivel social como escolar. Si sabemos todo esto, ¿por qué no hacemos nada? No se puede esperar la aparición de un caso Jokin en versión gay para que despierten las conciencias,porque estos casos ya existen; pero los adolescentes que se suicidan a causa delacoso que reciben por su orientación sexual ni siquiera aparecen en los medios de comunicación ya que sus familias son las primeras en querer ocultarlo. (...)

Homofobia en el Sistema Escolar