21.10.09

ΜΑΔΡΙΤΗ. ΔΑΚΡΥΑ ΕΡΩΤΑ

Μουσείο Thyssen-Bornemisza (Μαδρίτη)
Δάκρυα Έρωτα ( Lágrimas de Eros )
Από 20/10/2009 έως 31/1/ 2010
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Έκθεση για τον έρωτα και τον θάνατο στις εικαστικές τέχνες.
Οι διοργανωτές δανείστηκαν τον τίτλο «Τα δάκρυα του Έρωτα» από το βιβλίο του Georges Bataille Les larmes d’Éros και αρκετές από τις ιδέες του για το θέμα: την αναγκαιότητα της ομορφιάς, τον πειρασμό ως απαγόρευση και ως υπέρβαση, την εξομοίωση του ερωτικού με τη θρησκευτική θυσία.
Η έκθεση παρουσιάζει πίνακες και γλυπτά καλλιτεχνών του 19ου αιώνα κυρίως (Canova, Ingres, Delacroix, Millais, Moreau, Rodin) αλλά και από άλλες περιόδους (μπαρόκ, υπερρεαλισμό).
Τα θέματα, προερχόμενα από την κλασική μυθολογία και την ιουδαϊκή/χριστιανική παράδοση, διαιρούνται σε δύο ενότητες:
«Από τον πειρασμό στη θυσία», για την υποδήλωση του θανάτου στο ερωτικό πάθος, με θέματα όπως η Γέννηση της Αφροδίτης, η Εύα και ο όφις, οι Πειρασμοί του Αγίου Αντωνίου, το Φιλί του Ιούδα κ.ά.
«Το αιώνιο όνειρο», για την ομοιότητα της αγωνίας του θανάτου με την ερωτική έκσταση, με θέματα όπως Απόλλων και Υάκινθος, Αφροδίτη και Άδωνις, Μαρία η Μαγδαληνή, Κλεοπάτρα, Οφηλία
(arxailogia.gr)


Capitán de la guardia pretoriana y favorito del emperador Diocleciano, Sebastián fue condenado a ser asaeteado por sus propios arqueros. La imagen del joven atado al árbol, desnudo y atravesado por las flechas, con una expresión entre la agonía y el éxtasis, terminaría convirtiéndose en el icono gay por excelencia.
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José de Ribera: San Sebastián (1651)
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Gustave Moreau: San Sebastián (1876)
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En sus Metamorfosis, Ovidio narra el desenlace trágico de los amores entre Apolo y el príncipe espartano Jacinto, que murió accidentalmente al ser golpeado por el disco lanzado por el dios. Tiepolo representó el lamento de Apolo por su amante en una escena teatral y distanciada; otros artistas darán un tratamiento más íntimo a este episodio clásico del Eros homosexual.
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Giambattista Tiepolo: La muerte de Jacinto (1752-1753)
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Mérry-Joseph Blondel: La muerte de Jacinto (1810)
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Endimión era un joven pastor (o cazador) que dormía una noche en el monte Latmos, cuando la diosa de la Luna (Selene o Diana, según las versiones) miró hacia la tierra y se enamoró de él. Ella le pidió a Zeus que sumiera a Endimión en un sueño eterno, para poder contemplarle eternamente. Con Endimión, el cuerpo masculino aparece vulnerable y rendido, convertido en pasivo objeto erótico.
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Guercino (Giovanni Francesco Barbieri): Endimión durmiente (1965)
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Sam Taylor-Wood: David Robert Joseph Beckham ("David") 2004

1 σχόλιο:

erva_cidreira είπε...

Lágrimas de Eros

El título de la exposición procede del último libro publicado en vida por Georges Bataille, Les Larmes d’Éros (1961). Aquella fue la aportación final del autor sobre un problema que había indagado a fondo en su obra El erotismo (1957): la íntima relación entre Eros y Tánatos, entre la pulsión sexual y el instinto de muerte. El punto de partida de Bataille es la certeza de que en la petite mort del orgasmo experimentamos un avant-goût, una anticipación de la muerte definitiva. El recurso a imágenes de la agonía para expresar el clímax amoroso y al lenguaje del éxtasis para representar la muerte no es desde luego una invención de Bataille. Lo encontramos en Wagner, en la poesía romántica, en Bernini y en Miguel Ángel, en los místicos españoles y en la lírica griega arcaica. Lo que Bataille cree haber hallado es un fundamento para la identificación entre Eros y Tánatos: tanto en la muerte como en la consumación erótica regresamos, desde la discontinuidad de la vida individual, a la continuidad originaria del Ser.

La identidad entre Eros y Tánatos sólo cobra sentido para Bataille en el contexto de la experiencia de lo sagrado. El erotismo es objeto de un tabú, de una prohibición (interdit) que ilumina lo prohibido “con una luz a la vez siniestra y divina: lo ilumina, en una palabra, con una luz religiosa”. En el erotismo, como en lo sagrado, la prohibición no existe sin la transgresión. La prohibición excluye lo natural, los impulsos animales, para instaurar el dominio de lo cultural. Pero desde el mismo momento en que es formulada, la prohibición desencadena el retorno de lo excluido, de lo que se había rechazado con horror. Los impulsos bestiales regresan en el sacrificio religioso, donde su violencia es moldeada como un material precioso y peligroso. El sacrificio es para Bataille el escenario último del erotismo.

Para explorar la íntima relación entre Eros y Tánatos, nuestra exposición dispone las figuras mitológicas en un itinerario casi narrativo que avanza desde la inocencia a la tentación, de la tentación a los suplicios de la pasión, hasta la expiación y la muerte.