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MENTIRAS Y DESINFORMACION SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD EN NUESTRAS CABEZAS"
La coordinadora del Plan en Educación Sexual y Afectividad del Mineduc, Débora Solis, afirma que la inclusión de la no discriminación hacia las minorías sexuales en dicho programa, fue el resultado de la movilización de la Brigada de Escolares Gays y Lesbianas, lo que se recibió como un inesperado "regalo que nos permitió avanzar de mejor manera".
Por Alberto Roa
La coordinadora del Plan en Educación Sexual y Afectividad del Mineduc, Débora Solis, afirma que la inclusión de la no discriminación hacia las minorías sexuales en dicho programa, fue el resultado de la movilización de la Brigada de Escolares Gays y Lesbianas, lo que se recibió como un inesperado "regalo que nos permitió avanzar de mejor manera".
Por Alberto Roa
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La principal tarea que encomendó el 18 de abril pasado el titular de Educación, Sergio Bitar, a la profesora y sicóloga Débora Solís, fue formar un equipo que generara un nuevo plan de educación sexual, basándose para ello en los aportes que había hecho con anterioridad un grupo de expertos de la sociedad civil.
Tras analizar el texto de la denominada Comisión de Evaluación y Recomendaciones sobre Educación Sexual, que sesionó desde el 2004 a petición del mismo Bitar, Solís ligó tal propuesta al trabajo que en esta materia ya había desarrollado el Ministerio de Educación (Mineduc), dando como resultado el ya conocido Plan de Educación en Sexualidad y Afectividad, lanzado el pasado 15 de septiembre.
Ese mismo día esta profesora de educación diferencial, madre de tres hijos y ex trabajadora del Arzobispado de Santiago, fue nombrada por Bitar como coordinadora de la Secretaría Técnica de Educación en Sexualidad y Afectividad, cuya difícil labor es llevar a la praxis lo que está escrito en papel.
Para variados sectores el Plan propuesto por Solís, tras dialogar durante cinco meses con diversos actores sociales, fue mucho más progresista o avanzado que el diseñado por la Comisión de expertos, lo cual entre otros elementos se traduce en el hecho que fijas tareas específicas y plazos, y no sólo metas, para superar la discriminación que en el sistema educacional padecen gays y lesbianas.
Sobre esta percepción Solís aclara que el Plan "retoma mucho lo de lo que la Comisión propuso, pero también innova mucho más en función de la experiencia que este Ministerio ha tenido. (..) Tuvimos la posibilidad de jugárnoslas por un Plan que, a nuestro juicio, lograba recoger el sentir de la ciudadanía en función de lo que necesitaba y nos encontramos además con un ministro que avalaba eso".
Y aunque a nivel público el Plan fue valorado desde representantes de la Iglesia Católica hasta el movimiento homosexual, Solís presagia que cuando el programa se ponga en mayor práctica, pueden surgir "reacciones disidentes"por parte de grupos conservadores, pero"es natural que eso pase. Además el Plan es absolutamente perfectible"
Las discrepancias futuras se producirían porque el "Plan abre un montón de nuevos nichos de trabajo que explícitamente como Ministerio de Educación es la primera vez que consideramos".
Entre los temas que jamás había abordado el Ministerio de Educación (Mineduc) está el de la no discriminación por orientación sexual. ¿Qué elementos favorecieron su inclusión este año?
Fundamentalmente en el tema orientación sexual se dio un fenómeno que yo creo que es sano que en la sociedad se dé, cual fue el esfuerzo de una sociedad civil que trabajó y se esforzó por poner la temática como una responsabilidad del Estado y, en ese sentido, se acotó lo que compete a Educación en el tema de vulneración de derechos y la manifestación de los y las estudiantes en función de la orientación sexual.
Por ello nos sentamos muchas veces a dialogar con las organizaciones que defienden los derechos de las minorías sexuales, como la Brigada de Escolar de Gays y Lesbianas, y pasamos desde la pelea hasta una conversación afectuosa que nos permitió acomodarnos y encontrar puntos en común para decir ´ya, esto te corresponde a ti como sociedad civil, pero sí reconozco que esta parte que me corresponde a mí como Estado no la estamos haciendo y nosotros nos la vamos a jugar porque esté´
La inclusión de esta realidad fue posible también porque estamos en un escenario político que es muy favorecedor para el tema sexualidad y afectividad en general y porque este contexto coincidió con un ministro dispuesto a hacer cambios.
Quizás por ello el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y su Brigada Escolar han llegado a calificar a Bitar como un "ministro emblemático"...
A eso me refiero. En un momento histórico preciso, estuvimos las personas precisas. Nosotros trabajamos en un equipo que tiene una concepción y un paradigma que hace inclusiva la temática de la orientación sexual como una responsabilidad de Educación.
El tema de la educación sexual, por otro lado, lo trajo Bitar desde su primer día como ministro, sorprendiéndonos profundamente, pues señaló al instante a la prensa que lo que se estaba haciendo en educación sexual era débil.
A nosotros nos costó procesar que lo que el ministro estaba diciendo y finalmente nos hicimos cargo de la debilidad, dando un primer paso el 15 de septiembre pasado cuando lanzamos el Plan.
¿En qué estaba pensando el ministro cuando concluyó que no había educación sexual de calidad en Chile?
Creo que él tenía dos dificultades con el tema. Primero, para él era de difícil comprensión que un Ministerio de Educación, que atiende 11 mil 500 establecimientos educacionales, atendiera a 150 en esta área, a la cual además se invertía una cantidad mínima de dinero. En segundo lugar, el ministro está convencido de que la educación sexual no se soluciona desde la genitalidad y, en nuestro marco curricular, este tema estaba muy acotado a la genitalidad, lo que dejaba fuera un montón de temáticas que los chiquillos y chiquillas claramente quieren saber, por ejemplo sobre orientación sexual o uso del preservativo.
"LA DEMANDA DE ESCOLARES GAYS NO SE ESPERABA"
Para Solís una de las razones que habían retardado la creación de políticas del Mineduc en favor de la no discriminación hacia las minorías sexuales, fue el "discurso predominante de que temáticas como la orientación sexual correspondían a cualquier ámbito, menos el de Educación (...) entonces no íbamos descargando de este tipo de responsabilidades"
Todo comenzó a cambiar, sin embargo, cuando la presión de los estudiantes, aliados al movimiento homosexual, adquirió desde septiembre pasado notoriedad pública y continua en los medios de comunicación, al punto que alumnas y alumnos se organizaron en la Brigada Escolar de Gays y Lesbianas.
¿Cómo se enfrentó o avaluó desde el Ministerio este nuevo impacto que llevó por primera vez a un titular de Educación a referirse a estos fenómenos?
El tema se sobrellevó con mucha altura. Aquí la primera indicación del ministro fue que nos reuniéramos con la Brigada Gay y Lésbica para conocernos. Entonces estuvimos en muchas conversaciones con Danilo Fica (vocero de la Brigada) y con su gente.
Eso también nos permitió a nosotros despejar un montón de estereotipos y prejuicios que se tienen al respecto y nos ayudó a escuchar lo que la Brigada decía de verdad y no lo que publicaban los diarios.
Construimos con estudiantes gays y lesbianas, en ese sentido, cuestiones que son absolutamente sensatas, como por ejemplo que ellos tengan espacios para hablar de la homosexualidad, que puedan entregar informaciones y efectivamente, lo cual es un "temazo" para ellos, avanzar en contra de la discriminación y de las agresiones que han sufrido.
Este nuevo fenómeno lo recibí, entonces como un regalo en el sentido que nos permitió avanzar de mejor manera y con datos muchos más creíbles en función de lo que la población homosexual o lésbica de nuestros liceos está pidiendo.
Lejos de desmerecer el gran salto dado por el Mineduc, el ministro Bitar también se ha equivocado cuando dice que no aceptara la homofobia, pero tampoco el proselitismo de la homosexualidad, asumiéndose así que con las acciones de la Brigada Escolar podría aumentar el número de gays o lesbianas...
Bueno, aquí las minorías sexuales deben tener paciencia con el Ministerio. Nos tienen que dar tiempo de que nosotros vayamos, en su conjunto, entendiendo estas nuevas situaciones que van emergiendo y que claramente instituciones como la nuestra no estaban preparadas para enfrentar.
En rigor nada de este edificio se esperaba. Aquí hemos tenido que pedalear rápido para ponerlos a la altura de los acontecimientos y en ese sentido hemos tenido declaraciones más y menos felices. Pero nosotros vamos a ir elaborando un discurso relacionado con el respeto que nos merecen las personas con orientación sexual distinta.
Los errores e inexactitudes de las autoridades educacionales en sus discursos sobre la orientación sexual, Solís los explica en parte por una situación generacional. "Nuestros propios estudiantes heterosexuales nos han dicho que la orientación homosexual no implica nada para el mundo académico, entonces en una temática que debemos trabajar más bien los adultos."
Agrega que "somos los adultos los que tenemos el rollo con la población gay y lésbica. Hay mucha desinformación, además de muchas mentiras, sobre nuestras cabezas. Entonces, yo pido tiempo. Hemos avanzado hasta donde el tiempo nos ha permitido y nuestro compromiso es seguir avanzando".
Solís puntualiza que desde las autoridades "sabemos que el tema no se soluciona sólo con la no vulneración de derechos. Es decir, nosotros no solamente vamos a actuar cuando expulsen a una chiquilla lésbica de un Liceo, sino que tenemos que generar políticas de convivencia al interior de los establecimientos, y regular reglamentos de convivencia, que permitan que hombres o mujeres con distintas orientaciones, opciones o condiciones de toda índole aprendamos a convivir en cualquier espacio".
La principal tarea que encomendó el 18 de abril pasado el titular de Educación, Sergio Bitar, a la profesora y sicóloga Débora Solís, fue formar un equipo que generara un nuevo plan de educación sexual, basándose para ello en los aportes que había hecho con anterioridad un grupo de expertos de la sociedad civil.
Tras analizar el texto de la denominada Comisión de Evaluación y Recomendaciones sobre Educación Sexual, que sesionó desde el 2004 a petición del mismo Bitar, Solís ligó tal propuesta al trabajo que en esta materia ya había desarrollado el Ministerio de Educación (Mineduc), dando como resultado el ya conocido Plan de Educación en Sexualidad y Afectividad, lanzado el pasado 15 de septiembre.
Ese mismo día esta profesora de educación diferencial, madre de tres hijos y ex trabajadora del Arzobispado de Santiago, fue nombrada por Bitar como coordinadora de la Secretaría Técnica de Educación en Sexualidad y Afectividad, cuya difícil labor es llevar a la praxis lo que está escrito en papel.
Para variados sectores el Plan propuesto por Solís, tras dialogar durante cinco meses con diversos actores sociales, fue mucho más progresista o avanzado que el diseñado por la Comisión de expertos, lo cual entre otros elementos se traduce en el hecho que fijas tareas específicas y plazos, y no sólo metas, para superar la discriminación que en el sistema educacional padecen gays y lesbianas.
Sobre esta percepción Solís aclara que el Plan "retoma mucho lo de lo que la Comisión propuso, pero también innova mucho más en función de la experiencia que este Ministerio ha tenido. (..) Tuvimos la posibilidad de jugárnoslas por un Plan que, a nuestro juicio, lograba recoger el sentir de la ciudadanía en función de lo que necesitaba y nos encontramos además con un ministro que avalaba eso".
Y aunque a nivel público el Plan fue valorado desde representantes de la Iglesia Católica hasta el movimiento homosexual, Solís presagia que cuando el programa se ponga en mayor práctica, pueden surgir "reacciones disidentes"por parte de grupos conservadores, pero"es natural que eso pase. Además el Plan es absolutamente perfectible"
Las discrepancias futuras se producirían porque el "Plan abre un montón de nuevos nichos de trabajo que explícitamente como Ministerio de Educación es la primera vez que consideramos".
Entre los temas que jamás había abordado el Ministerio de Educación (Mineduc) está el de la no discriminación por orientación sexual. ¿Qué elementos favorecieron su inclusión este año?
Fundamentalmente en el tema orientación sexual se dio un fenómeno que yo creo que es sano que en la sociedad se dé, cual fue el esfuerzo de una sociedad civil que trabajó y se esforzó por poner la temática como una responsabilidad del Estado y, en ese sentido, se acotó lo que compete a Educación en el tema de vulneración de derechos y la manifestación de los y las estudiantes en función de la orientación sexual.
Por ello nos sentamos muchas veces a dialogar con las organizaciones que defienden los derechos de las minorías sexuales, como la Brigada de Escolar de Gays y Lesbianas, y pasamos desde la pelea hasta una conversación afectuosa que nos permitió acomodarnos y encontrar puntos en común para decir ´ya, esto te corresponde a ti como sociedad civil, pero sí reconozco que esta parte que me corresponde a mí como Estado no la estamos haciendo y nosotros nos la vamos a jugar porque esté´
La inclusión de esta realidad fue posible también porque estamos en un escenario político que es muy favorecedor para el tema sexualidad y afectividad en general y porque este contexto coincidió con un ministro dispuesto a hacer cambios.
Quizás por ello el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y su Brigada Escolar han llegado a calificar a Bitar como un "ministro emblemático"...
A eso me refiero. En un momento histórico preciso, estuvimos las personas precisas. Nosotros trabajamos en un equipo que tiene una concepción y un paradigma que hace inclusiva la temática de la orientación sexual como una responsabilidad de Educación.
El tema de la educación sexual, por otro lado, lo trajo Bitar desde su primer día como ministro, sorprendiéndonos profundamente, pues señaló al instante a la prensa que lo que se estaba haciendo en educación sexual era débil.
A nosotros nos costó procesar que lo que el ministro estaba diciendo y finalmente nos hicimos cargo de la debilidad, dando un primer paso el 15 de septiembre pasado cuando lanzamos el Plan.
¿En qué estaba pensando el ministro cuando concluyó que no había educación sexual de calidad en Chile?
Creo que él tenía dos dificultades con el tema. Primero, para él era de difícil comprensión que un Ministerio de Educación, que atiende 11 mil 500 establecimientos educacionales, atendiera a 150 en esta área, a la cual además se invertía una cantidad mínima de dinero. En segundo lugar, el ministro está convencido de que la educación sexual no se soluciona desde la genitalidad y, en nuestro marco curricular, este tema estaba muy acotado a la genitalidad, lo que dejaba fuera un montón de temáticas que los chiquillos y chiquillas claramente quieren saber, por ejemplo sobre orientación sexual o uso del preservativo.
"LA DEMANDA DE ESCOLARES GAYS NO SE ESPERABA"
Para Solís una de las razones que habían retardado la creación de políticas del Mineduc en favor de la no discriminación hacia las minorías sexuales, fue el "discurso predominante de que temáticas como la orientación sexual correspondían a cualquier ámbito, menos el de Educación (...) entonces no íbamos descargando de este tipo de responsabilidades"
Todo comenzó a cambiar, sin embargo, cuando la presión de los estudiantes, aliados al movimiento homosexual, adquirió desde septiembre pasado notoriedad pública y continua en los medios de comunicación, al punto que alumnas y alumnos se organizaron en la Brigada Escolar de Gays y Lesbianas.
¿Cómo se enfrentó o avaluó desde el Ministerio este nuevo impacto que llevó por primera vez a un titular de Educación a referirse a estos fenómenos?
El tema se sobrellevó con mucha altura. Aquí la primera indicación del ministro fue que nos reuniéramos con la Brigada Gay y Lésbica para conocernos. Entonces estuvimos en muchas conversaciones con Danilo Fica (vocero de la Brigada) y con su gente.
Eso también nos permitió a nosotros despejar un montón de estereotipos y prejuicios que se tienen al respecto y nos ayudó a escuchar lo que la Brigada decía de verdad y no lo que publicaban los diarios.
Construimos con estudiantes gays y lesbianas, en ese sentido, cuestiones que son absolutamente sensatas, como por ejemplo que ellos tengan espacios para hablar de la homosexualidad, que puedan entregar informaciones y efectivamente, lo cual es un "temazo" para ellos, avanzar en contra de la discriminación y de las agresiones que han sufrido.
Este nuevo fenómeno lo recibí, entonces como un regalo en el sentido que nos permitió avanzar de mejor manera y con datos muchos más creíbles en función de lo que la población homosexual o lésbica de nuestros liceos está pidiendo.
Lejos de desmerecer el gran salto dado por el Mineduc, el ministro Bitar también se ha equivocado cuando dice que no aceptara la homofobia, pero tampoco el proselitismo de la homosexualidad, asumiéndose así que con las acciones de la Brigada Escolar podría aumentar el número de gays o lesbianas...
Bueno, aquí las minorías sexuales deben tener paciencia con el Ministerio. Nos tienen que dar tiempo de que nosotros vayamos, en su conjunto, entendiendo estas nuevas situaciones que van emergiendo y que claramente instituciones como la nuestra no estaban preparadas para enfrentar.
En rigor nada de este edificio se esperaba. Aquí hemos tenido que pedalear rápido para ponerlos a la altura de los acontecimientos y en ese sentido hemos tenido declaraciones más y menos felices. Pero nosotros vamos a ir elaborando un discurso relacionado con el respeto que nos merecen las personas con orientación sexual distinta.
Los errores e inexactitudes de las autoridades educacionales en sus discursos sobre la orientación sexual, Solís los explica en parte por una situación generacional. "Nuestros propios estudiantes heterosexuales nos han dicho que la orientación homosexual no implica nada para el mundo académico, entonces en una temática que debemos trabajar más bien los adultos."
Agrega que "somos los adultos los que tenemos el rollo con la población gay y lésbica. Hay mucha desinformación, además de muchas mentiras, sobre nuestras cabezas. Entonces, yo pido tiempo. Hemos avanzado hasta donde el tiempo nos ha permitido y nuestro compromiso es seguir avanzando".
Solís puntualiza que desde las autoridades "sabemos que el tema no se soluciona sólo con la no vulneración de derechos. Es decir, nosotros no solamente vamos a actuar cuando expulsen a una chiquilla lésbica de un Liceo, sino que tenemos que generar políticas de convivencia al interior de los establecimientos, y regular reglamentos de convivencia, que permitan que hombres o mujeres con distintas orientaciones, opciones o condiciones de toda índole aprendamos a convivir en cualquier espacio".
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