29.8.05

ΤΟ ΟΛΟΚΑΥΤΩΜΑ ΤΩΝ ΟΜΟΦΥΛΟΦΙΛΩΝ

El Holocausto Homosexual
por David Bigorra
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Más de 350.000 homosexuales murieron en los campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial. Se acaban de cumplir 60 años de la liberación de Auschwitz, pero hasta el año 2000 no se reconoció nuestro propio holocausto. La persecución ha caracterizado la historia de las personas que por su condición sexual eran distintas a las que los cánones políticos establecían como "normales" y que fueron catalogadas como enfermos y situados en lo más bajo de la escala social. Si de por si solo el Holocausto nazi ha sido la mayor aberración que la humanidad ha tenido que sufrir, la historia de los prisioneros homosexuales durante el régimen del nazismo fue silenciada durante demasiados años. No solo los judíos fueron perseguidos y asesinados. Entre los “otros”, fueron los más de 350.000 homosexuales que murieron en los campos de concentración nazis y de los que casi nunca se ha hablado. Debido que en Alemania hasta finales de los años sesenta la homosexualidad era ilegal, los escasos supervivientes han vivido ocultos, silenciando su propia marginación y el horror vivido. Unas dobles víctimas, ya que han sido marginadas además por las organizaciones – judías en su mayoría – de víctimas del holocausto. Torturados y asesinados por sus verdugos, humillados y repudiados por el resto de supervivientes de aquel horror, tan solo por el hecho de ser personas que aman a personas de su misma condición sexual, por ser homosexuales. Hasta el noviembre de 2000, el gobierno alemán no pidió disculpas por las deportaciones y torturas sistemáticas sufridas por los gays y lesbianas en la época del nazismo. Francia, en abril de 2001 también hizo lo propio y reconoció la persecución sufrida. Han tenido que pasar 55 años para que se reconociera que hubo una persecución, un genocidio aun si cabe mayor, que el sufrido por los judíos.
LA LLEGADA DE HITLER AL PODER
Con la llegada de Hitler al poder en enero de1933el país comprueba que la tolerancia no es precisamente una de sus virtudes. Los homosexuales, judíos, testigos de Jehová, gitanos, socialistas, personas con alguna disminución física o psíquica son “elegidos” como responsables de la decadencia moral y del desastre económico de la época. En escasos seis meses la maquinaria de exterminio nazi se ha puesto en marcha. En octubre de ese mismo año la Gestapo creó un cuartel general para combatir la homosexualidad. El motivo: eran “socialmente aberrantes” y “anti-alemanes” porque privaban al país de hijos y por tanto de la supervivencia de la raza aria.
PARAGRAPH 175
El párrafo 175, que pertenece al viejo código penal alemán de 1871 y que fue válido hasta 1969, sancionaba “el acto sexual antinatural cometido entre personas de sexo masculino o entre seres humanos y animales”, debiendo ser castigado con la prisión y pudiendo significar también la perdida de los derechos civiles. Esta ley permaneció totalmente olvidada hasta que en 1935 el régimen nazi de Hitler promulgó una ampliación de dicho párrafo, mucho más riguroso con la prohibición, incluyendo cualquier signo de evidencia de contacto como un beso o abrazo.
LA HOMOSEXUALIDAD DE HITLER
Las especulaciones de relaciones íntimas con chicos en la juventud de Hitler y que su íntimo amigo Ernst Röhm, fuera un reconocido homosexual y fundador de las SA (Sturm Abteilung, la fuerza paramilitar del partido nazi), provocó que la SS alertará al fuhrer del peligro que ello comportaba para su futuro. El 28 de junio de 1934 Hitler ordenó la ejecución de Röhm y otros “traidores”, un episodio que se recuerda como “la noche de los cuchillos largos”. La veda quedaba abierta: Había que limpiar de homosexuales el país.
LA PERSECUCIÓN
Entre 1936 y 1939 se practicaron miles de detenciones en aplicación del párrafo 175, en su mayoría alemanes y austriacos. Una persecución sistemática que no sólo afectó a homosexuales, sino a judíos, gitanos, disidentes políticos y cualquier persona que estorbara en los planes arios de Hitler.Inicialmente los homosexuales que eran conducidos a los campos de concertación eran marcados con un punto negro o con el número 175 escrito en la espalda. Fue más tarde cuando se designo el triángulo rosa invertido como distintivo para los homosexuales.
EXPERIMENTOS MÉDICOS
Entre 1939 y 1945 en régimen nazi practicó más de setenta proyectos médicos de “investigación”. En ellos eran usados seres humanos contra su voluntad. Los presos homosexuales de los campos de concentración de Buchenwald y Auschwitz eran seleccionados como clase preferente para ser usados en los experimentos médicos. Entre estos experimentos estaban los llevados a cabo por el doctor de la SS Carl Peter Værnet consistentes en el cambio de orientación sexual de hombres homosexuales a través de implantes de la castración y de hormonas. Los nazis estaban convencidos de que la homosexualidad era una enfermedad que podrían llegar a curar, pero para ello – escribió Rudolf Höss comandante de Auschwitz en sus memorias – había que segregar a los homosexuales para evitar que contagiaran con su enfermedad a otros internos. La humillación constante por parte de sus carceleros, el rechazo por parte de los otros prisioneros y el duro trabajo hasta la muerte eran la cura que les habían preparado.
El encontrar un método efectivo para tratar las quemaduras por fósforo era unos de los proyectos de investigación. Para ello, quemaban previamente con fósforo a los homosexuales asignados al experimento y estudiaban los efectos que les producía en sus ya maltrechos cuerpos. La obsesión por la castración y esterilización de las naciones conquistadas por “métodos científicos”, hizo poner en marcha un sistema de esterilización por radiación masiva. La exposición a la radicación producía quemaduras severas en el vientre y en los testículos. Muchos murieron en las pruebas, otros, tras enfermar por el sufrimiento de las quemaduras eran directamente gaseados o enviados a los crematorios. Los que sobrevivían, para poder comprobar si el esperma era ya estéril, eran castrados para enviar sus testículos a los laboratorios y ser analizados, o se les obligaba a eyacular introduciéndoles unas mangueras por el recto y unas gomas en el pene para estimular su eyaculación y proceder a probar el esperma. Tras la recogida del esperma, eran brutalmente golpeados con las mismas mangueras que les habían introducido por el recto y a los castrados eran dejados desangrar hasta su muerte. Tras estos experimentos, Himmler, comisario del Reich para la defensa y reforzamiento de la raza alemana, descartó este método de radiación por ser de un coste demasiado elevado, ya que la castración directa tan sólo duraba 7 minutos, y era totalmente eficaz.
En el campo de Dachau, el Dr. Agosto Finke y Dr. Sigmund Rascher experimentaban con los efectos de la congelación sobre humanos. Para ello, usaban a presos que bajo narcóticos eran sumergidos en agua bajo cero a la espera de reacción. Los informes relatan “los movimientos defensivos cesaban después de 5 minutos. Surgía un rigor progresivo, que se convertía especialmente fuerte en los brazos. El rigor aumentaba hasta entrar en estado de shock. No hubo resultados acertados en los esfuerzos de reanimación”. La barbarie de los experimentos fueron innumerables, otros que se practicaron a personas portadoras del triangulo rosa fueron observación bajo la carencia de oxigeno, alimentar a los prisioneros únicamente con agua de mar, trasplantes en vivo de huesos y músculos para observar su supuesta regeneración, administración de diversos venenos para observar sus efectos o enfermedades contagiosas como la malaria, el tifus o hepatitis. Una y otra vez, los “voluntarios” ideales para este tipo de experimentación llamada “medica” eran los homosexuales y gitanos.
¿Y DESPUES DEL NAZISMO QUE?
Los escasos supervivientes homosexuales de los campos liberados por los aliados a finales de 1944 fueron desapareciendo en el anonimato y la confusión de aquella época. Para ellos fue solo una liberación parcial. Terminaron las torturas, malos tratos y humillaciones constantes, pero continuaban viviendo en el mas profundo ocultismo. De hecho, incluso algunos fueron enviados a cárceles ahora “humanizadas” por continuar siendo simplemente homosexuales. Por parte de la sociedad, que tras la guerra quedo convulsionada, el rechazo a los homosexuales era mas que evidente, continuaban siendo consideramos enfermos y delincuentes. Para muchos de ellos, el fin del nazismo fue simplemente un cambio, una posibilidad mas amplia de seguir vivo, pero sin poder recuperar la dignidad como ser humano y sin ningún tipo de ayuda o reconocimiento.En los juicios de Nuremberg nunca se reconoció la persecución homosexual, en un juicio totalmente militarizado, donde la casta militar repudiaba a los homosexuales, no se les podía permitir considerarlos unas victimas mas del nazismo. La Alemania de las post-guerra continuo guardando sus listas actualizadas de “delincuentes del sexo y desviados”. Todos los países afectados por la persecución del nazismo condenaron el tratamiento recibido por las victimas - a excepción de las homosexuales.

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