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EL MARICA, LA BRUJA Y EL ARMARIO
EL MARICA, LA BRUJA Y EL ARMARIO
Eduardo Nabal nos invita a la sala oscura. En el programa, entre otras: Segunda piel, El talento de Mr. Ripley, Haman, el baño turco, Boys don't Cry, Yossie & Jagger, Brokeback Mountain, Plata quemada, Edward II, Maurice, Wilde, Todo sobre mi madre, Lejos del cielo y Cabaret. Películas, sí, que ya han visto pero que merecen ser revisitadas.
El cine, terreno de libertad, es también coto abierto en el que campan a sus anchas la homofobia femenina y la misoginia gay. Empieza la película. Él dice: «Bruja, más que bruja», y lo escupe porque cree que esa mujer es la arpía más malvada de todas las perversas. «Marica, ¡maricón!», grita ella, y al hacerlo no define: insulta. Y ambos se dan cita para el duelo a las puertas del armario, espacio simbólico de encierro y ocultación de la homosexualidad. The End.
Nabal nos recuerda que, más allá del marica orgulloso que se apropia del insulto (¡qué cosa tan queer!), y de la bruja que se inscribe en la tradición de las mujeres sabias, estigmatizadas y perseguidas, en ocasiones el cine nos devuelve la imagen más terrible de ambos, porque utiliza esos términos de manera ofensiva, como aprendimos a leerlos en los cuentos, como nos enseñaron a usarlos desde pequeños progenitores y educadores.
Aquí todo parece lo que es, porque éste es un libro «sobre los estereotipos, pero que pretende alejarse del simple rechazo frontal a los mismos, porque este rechazo puede tanto colapsar su interpretación como limitarse a una aproximación superficial y nada efectiva a los mismos. Y el cine como arte visual y narrativo funciona con imágenes o ideas de personas tal y como perviven en el subconsciente colectivo». Buceemos, pues.
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Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cursó los tres grados de la cátedra de Historia y Estética de la Cinematografía de la Universidad de Valladolid. Cinéfilo y escritor freelance desde muy joven colabora en publicaciones como Zero, Versión Original, Monográfico, Infogai, etc... Durante tres años forma parte del Aula de Cine y Audiovisuales de la UBU en labores de coordinador y programador a la vez que imparte el cursillo de Introducción a la historia del arte cinematográfico. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Ha dado diferentes conferencias sobre cine, homosexualidad, teoría queer y critica cultural. Actualmente trabaja en otro libro sobre cine europeo y mediterráneo desde una perspectiva de género.
Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cursó los tres grados de la cátedra de Historia y Estética de la Cinematografía de la Universidad de Valladolid. Cinéfilo y escritor freelance desde muy joven colabora en publicaciones como Zero, Versión Original, Monográfico, Infogai, etc... Durante tres años forma parte del Aula de Cine y Audiovisuales de la UBU en labores de coordinador y programador a la vez que imparte el cursillo de Introducción a la historia del arte cinematográfico. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Ha dado diferentes conferencias sobre cine, homosexualidad, teoría queer y critica cultural. Actualmente trabaja en otro libro sobre cine europeo y mediterráneo desde una perspectiva de género.
EL MARICA, LA BRUJA Y EL ARMARIO. Misoginia gay y homofobia femenina en el cine
ΑπάντησηΔιαγραφήby Pepi Bauló
31 / Octubre / 2007
Pues no, este libro no nos habla de los tradicionales iconos de la ambigüedad cinematográfica como Marlene Dietrich o Errol Flynn, de cómo Amenábar salió del armario con toda normalidad, ni de la proliferación y buena marcha de los festivales de Cine Gay-Lésbico. Todos ellos temas interesantes pero, por fortuna, estamos en un momento de madurez que ya exige trabajos de cierto calado específico como este de Eduardo Nabal.
Nabal, burgalés del 70, estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca, además de Historia y Estética de la Cinematografía en la de Valladolid. A ese bagaje se le suma su experiencia de colaborador en publicaciones como Zero, Versión Original, Monográfico o Infogai. Tanto los estudios de perspectiva de género como la crítica cinematográfica han salido ganando con sus aportaciones, en especial las relacionadas con la teoría queer.
“El marica, la bruja y el armario” (Egales Editorial 2007) despliega un abanico que va del “bruja, más que bruja” al “maricón” como exabruptos explícitos y, lo que es más interesante, implícitos pero no verbalizados del cine actual rodado dentro o fuera de nuestras fronteras. Y lo más interesante, a veces esas expresiones no son pronunciadas por labios heteros.
Sabemos que el cine es una poderosa arma de crear o destruir iconos y estereotipos sociales. Nabal nos invita a ahondar sin miedo en los algunos de esos estereotipos para ver hasta donde llegan sus raíces en tierra del subconsciente colectivo. Y es así puesto que el autor cree que “debemos resistir y cuestionar los estereotipos pero no evitando pensar en ellos.” Porque los lugares comunes, como los refranes populares, encierran su parte de verdad auque sea una verdad que no nos guste, y condensan deseos y miedos, filias y fobias a partes iguales. Como reza la contraportada: “Eduardo Nabal nos invita a la sala oscura. En el programa, entre otras: ‘Segunda piel’, ‘El talento de Mr. Ripley’, ‘Haman, el baño turco’, ‘Boys don’t cry’, ‘Yossie & Jagger’, ‘Brokeback Mountain’, ‘Plata quemada’, ‘Edward II’, ‘Maurice’, ‘Wilde’, ‘Todo sobre mi madre’, ‘Lejos del cielo’ y ‘Cabaret’. Películas, sí, que ya han visto pero que merecen ser revisitadas.”
No son pocas las ocasiones en las que me ha dado por pensar en la relación mujer-hetero con gay y en la equiparable hombre-hetero con lesbiana y creo que, admitiendo por supuesto que son relaciones enriquecedoras como cualquier otra, no me atrevería a definirlas como una relación entre “iguales”. Y mucho menos la relación entre gay y lesbiana. Ahora instalemos mentalmente todas esas relaciones en una sociedad como la nuestra, esencialmente machista o, en el mejor de los casos, masculinista (palabro que me acabo de inventar). Los resultados son sorprendentes. Tal vez debido a los estereotipos de los que nos habla Nabal y que ilustran, con mucho tino y acierto, sus reflexiones sobre los films. A mí me han sido particularmente valiosas las escritas a propósito de “El hada ignorante” y “La ciudad sin límites”, dos de mis pelis favoritas.
De paso os recomiendo el número 54, “La mirada homosexual”, de la revista Archivos que edita el Instituto Valenciano de Cinematografía. Es de octubre de 2006 pero creo que aún debe ser relativamente sencillo conseguirla, al menos por correo: (ivac-lafilmoteca_inf@gva.es).
www.kulturaurbana.com
El Marica, la Bruja y el Armario.
ΑπάντησηΔιαγραφήAutor: Eduardo Nabal.
Título Original: Marica, la Bruja y el Armario, El.
Editorial: EGALES.
Año: 2007.
Páginas: 185.
ISBN: 978-84-88052-37-7.
Idioma: Español.
Contenidos:
Introducción
I. De brujas malignas y hadas ignorantes
Ciudades, triángulos y límites
En la ciudad sin límites
Segunda piel
El talento de Mr. Ripley
Ozpetek y las mujeres
Hamam, el baño turco
El hada ignorante
De Shakespeare y el género como teatro
Belleza prohibida
II. No women's land
Macarras, soldados, delincuentes y vaqueros
La chica del macarra: Boys don't cry
La novia del soldado: Yossie & Jagger
La esposa del vaquero: Brokeback Mountain
La cómplice del delincuente: Plata quemada
III. Reinas, madres y madrastras
Alejandro Magno
Edward II
Manjar de amor
IV. Misoginia ancestral
Maurice
Wilde
Un hombre sin importancia
V. Los buceaores del alma femenina
¿Realizadores misóginos, feministas o camp?
Todo sobre mi madre
20 centímetros
Lejos del cielo
VI. Mariliendres
Cabaret
Get Real
VII. Trazando puentes, tendiendo sábanas, reventando textos
Una gionarata particolare
Thelma & Louise
VIII. Misoginia hetero, machismo y homosexualidad perversa
Y tu mamá también
¿Homofobia, misoginia? Parece que cuando oímos estas palabras siempre hay un
ΑπάντησηΔιαγραφήmacho heterosexual detrás. Eduardo Nabal da una vuelta de tuerca en este ensayo
y se pregunta por el tratamiento que reciben en las películas de temática LGTB
la misoginia gay y la homofobia femenina. ¿Difícil? Después de leer el libro uno
se obsesiona con el tema y no para de verlo en todas las películas por más
políticamente LGTB-correctas que parezcan. Y es que ni los mejores directores
están libres del estereotipo.
Eduardo Nabal repasa películas como En la ciudad sin límites, Cachorro, Segunda
piel, El talento de Mr. Ripley, Haman, el baño turco, Boys don’t Cry, Yossi &
Jagger, Brokeback Mountain, Plata quemada, Alejandro Magno, Eduardo II, Manjar
de amor, Maurice, Wilde, Todo sobre mi madre, 20 centímetros, Lejos del cielo,
Cabaret, fijándose específicamente en los personajes femeninos homófobos (a los
que categoriza con sustantivos como hadas, brujas, reinas, madres, marilendres)
y en los personajes masculinos gays misóginos (macarras, soldados, delincuentes,
vaqueros).
Lógicamente surgen los desacuerdos. En mi caso la adoración absoluta que siento
por “Brokeback Mountain” me impide ver su lado negativo. O la indiferencia que
siento ante películas como “El hada ignorante” de Ozpetek. En cualquier caso, el
autor expone sus argumentos de forma amena (incluso a veces bastante divertida,
como en el caso de un guión ficticio que elabora siguiendo los pasos de Thelma y
Louise pero con protagonistas masculinos), lejos de la pedantería habitual en
este tipo de ensayos.
Eduardo Nabal nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación,
e Historia y Estética de la Cinematografía de la Universidad de Valladolid.
Colabora en Zero, Versión Original, Monográfico, Infogai, etc. Actualmente
trabaja en otro libro sobre cine europeo y mediterráneo desde una perspectiva de
género. Si queréis leer más textos suyos, tiene un blog excelente: “Al margen”.
Así que ya sabéis: pese a las apariencias, las mujeres y los gays no estamos
libres de reproducir el discurso homófobo y machista del macho heterosexual. Al
menos en el cine (aunque me temo que en la vida real tampoco).
Dice el autor: “Mirar hacia otro lado (…) es pasar peligrosamente por alto el
papel de estos productos como armas (…) ayudándoles desde la pasividad acrítica
del simple voyeur a resguardarse en una inocuidad política (…) de la que
obviamente carecen“. Pues eso.
www.dosmanzanas.com