11.11.07

ΟΜΟΦΥΛΟΦΙΛΙΚΟΣ ΠΑΝΙΚΟΣ

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Pánico homosexual
LUIS ROJAS MARCOS (EL PAÍS - Opinión - 18 de octubre, 2003)
En psiquiatría, el término pánico homosexual se aplica a una perturbación grave pero transitoria del equilibrio mental de los adultos, caracterizada por pavor, sin motivo real, a ser acosado y dominado por alguien del mismo sexo. La lista de síntomas incluye ansiedad, agitación, alucinaciones, fantasías persecutorias y comportamientos violentos. Este estado de terror a la homosexualidad tiende a afligir a personas de carácter suspicaz, que se sienten inseguras de su identidad sexual y han eludido a lo largo de su vida situaciones de intimidad física. El tratamiento de estos enfermos consiste en internamiento y sedación con tranquilizantes para aliviarles la angustia, devolverles el contacto con la realidad y calmar sus impulsos agresivos.
Aunque los diagnósticos psiquiátricos se hacen sobre individuos concretos, después de seguir los acontecimientos de los últimos meses no puedo remediar pensar que ciertos sectores políticos y religiosos de la sociedad occidental están afligidos por una especie de brote de pánico homosexual colectivo. (...)
En mi opinión, el pánico homosexual que conmociona en la actualidad a ciertos colectivos políticos y religiosos no refleja, afortunadamente, el estado de ánimo de la gran mayoría de los ciudadanos. Por otra parte, su homofobia se alimenta de ignorancia y fanatismo. Me explico.
La realidad es que pese a la discriminación que ha sufrido y aún sufre la comunidad homosexual, en los últimos años hemos sido testigos de un definitivo e irreversible cambio cultural en Occidente. Hoy, personajes homosexuales son representados diariamente en series de televisión de gran audiencia, y no pocos gays y lesbianas de carne y hueso son respetados, admirados y hasta elegidos para cargos públicos. La mayoría de las personas conoce a alguien que es homosexual, acepta las relaciones del mismo sexo y apoya la igualdad de derechos. En casi todas las naciones europeas y en Canadá se reconocen legalmente las uniones homosexuales, y en Suecia, Islandia, Dinamarca y Holanda estas parejas pueden incluso adoptar niños. En Estados Unidos, más de la mitad de la población es partidaria de la legalización de estas relaciones, y diarios de prestigio, como The New York Times, incluyen en sus páginas de sociedad los enlaces de personas del mismo sexo. Aunque las leyes federales de este país no contemplan el matrimonio homosexual, en varios Estados estas uniones gozan ya de respaldo legal.
La causa exacta de la homosexualidad aún no se conoce. Cada día, sin embargo, más estudios científicos corroboran la noción de que se trata de una variación innata de los mecanismos biológicos y psicológicos que modulan la atracción romántica entre personas adultas, por lo que está fuera del control del individuo. En concreto, la orientación sexual parece configurarse en el cerebro del feto durante la gestación, mediante los efectos de las hormonas sexuales, andrógenos y estrógenos.
Algo que sí sabemos con certeza es que la homosexualidad no es una enfermedad, no se contagia, no es un vicio, no es la consecuencia de tendencias antisociales, ni la secuela de padres ineptos o de una infancia traumática. Tampoco está reñida con las virtudes más valiosas, incluyendo el respeto por la dignidad del ser humano, la capacidad de amar, la lealtad, la honestidad, la valentía, la espiritualidad, el altruismo y la creatividad.
Es obvio que los hombres y las mujeres homosexuales no han entorpecido en absoluto la continuidad de nuestra especie. Por el contrario, a pesar de no sumar más de un 4% de la población, son numerosos los genios gays de las artes y las ciencias que han contribuido y contribuyen a la evolución y mejora del género humano.
El horror fanático a la normalización social de la comunidad homosexual implica la devaluación irracional y cruel de estos hombres y mujeres como seres humanos. La demonización de los homosexuales satisface, además, la necesidad compulsiva y nefasta de dividir tajantemente a nuestros compañeros de vida en "buenos" y "malos". En este sentido, pienso que mezclar a Dios en el debate de las relaciones homosexuales es un gran error. La homosexualidad no es una cuestión religiosa, ni tampoco moral, sino un desafío social, político, legal y, sobre todo, un reto a nuestra razón y a nuestra humanidad.
Confío en que este ataque reciente de pánico homosexual que trastorna y abruma a ciertos colectivos será pasajero. Sospecho que, con el tiempo, adquirirán conciencia de su ofuscación y recobrarán la calma y el juicio. Contamos con un dato reconfortante: si ojeamos el argumento de nuestra historia veremos que las corrientes fanáticas van y vienen, pero a la larga los cambios justos perduran.
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Luis Rojas Marcos es profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York

2 σχόλια:

  1. Homosexual panic is a term, first coined by psychiatrist Edward J. Kempf in 1920, describing an acute, brief reactive psychosis involving delusions and hallucinations accusing a person of various homosexual activities. Despite the psychotic nature of the disorder, Kempf called it "acute homosexual panic". The disorder is also known in Kempf's honour as "Kempf's disease".

    The condition most often occurs in people who suffer schizoid personality disorders who have insulated themselves from physical intimacy. Breakdowns often occur in situations that involve enforced intimacy with the same sex, such as dormitories or military barracks. It was most common during the mass mobilization of World War II when barracks typically provided little privacy with communal showers and often without doors or even cubicles around toilets.

    Treatment usually involves hospitalization, firstly to remove the person from the situation and also because the condition may lead to suicidal or homicidal acts. Antipsychotics, either the typical or atypical, help symptoms subside if they continue much after admission. It is best to avoid further provocation and for this reason caregivers often are selected from members of the opposite sex, and invasive procedures such as injections with needles or suppositories are avoided. Return to previous levels of adaptation is common after symptoms subside, but treatment usually involves advice not to return to the type of environment that prompted the condition.

    (wikipedia.org)

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  2. pánico homosexual
    Angustia intensa, repentina y aguda precipitada por el miedo inconsciente o el conflicto que uno puede ser homosexual o actuar sobre estos impulsos.


    (www.lubrano.com)

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